En el itinerario de su conversión, el autor recupera por oleadas algunas convicciones de la niñez, conservadas entre las líneas de cuentos de hadas y novelas de aventuras. Lo relata en Ortodoxia, su libro más central y el que mejor lo define, y del que se ha extraído este capítulo. En él se muestra su profunda independencia intelectual y un discernimiento clarividente.
G. K. Chesterton (1874-1936) es considerado uno de los narradores más brillantes e ingeniosos de la literatura anglosajona. Crítico, novelista y poeta, trabajó como periodista y fundó su propio semanario. A su lucidez para crear relatos se suma su ironía y su sentido del humor, que lo convierten en un maestro de la alegoría y la paradoja. Se convierte al catolicismo en 1922.