Cada vez más los educadores de la fe tendrán que afrontar la realidad personal de quienes deciden seguir a Jesús. No será suficiente el ritmo que marca un libro o un método de catequesis. Estamos retados a acompañar, a seguir, a animar el ritmo de cada persona.
El autor presenta, de manera sencilla y sugerente, los elementos básicos para no perdernos en la tarea de hacer caminos de fe con otros, no para otros. Todo camino tiene una identidad propia.
Este libro ofrece las referencias básicas para reconocer el campo de cada persona y ayudar a que otros haga el camino de fe que le es más apropiado.