Cuando nos agobien las preocupaciones y las dificultades debemos recurrir a los ángeles. Ellos sólo esperan una señal nuestra para ayudarnos a solucionar nuestros problemas.
Su inteligencia y su poder son mayores de lo que podemos imaginar, y su amor por nosotros infinito, pero no pueden intervenir en nuestros asuntos si antes no les pedimos su ayuda.
Esa petición es lo que están esperando. Tan sólo eso.