Siempre que me encuentro con otras personas, las veo como esa lluviafresca de verano, ese chirimiri tan agradable que deja olor a tierramojada cuando cesa. Ante esa lluvia tan refrescante no se me ocurreponerme un chubasquero impermeable, ya que lo mejor, sin duda, esponerse otro chubasquero, un chubasquero especial y permeable que mepermita, que nos permita disfrutar, empaparnos, aprender y nutrirnosde cada gota de agua. Este es el objetivo de este libro: que seaslluvia para otros y que disfrutes de la lluvia de los demás.Como diceIrene Villa en el prólogo, la lluvia que componen las 366 gotas deagua que estás a punto de leer no te van a dejar indiferente. Si tedejas empapar por estas gotas llenas de sentido común y de leccionesde vida, sentirás diferentes despertares.