El papa Francisco convoca con esta Bula el Jubileo ordinario de 2025 y desea que este Año Santo sea para todos ocasión para reavivar la esperanza, siguiendo el ejemplo de san Pablo y basados en la Palabra de Dios.
En este Año jubilar estamos llamados a ser signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria, como los presos, los enfermos,
los pobres, los refugiados y los migrantes, pero también para los jóvenes y los ancianos. Todos esperamos y deseamos una paz duradera y una felicidad que se realice en el amor, para ello necesitamos recuperar la confianza en los vínculos interpersonales, en las relaciones internacionales, en la promoción de la dignidad de toda persona y en el respeto de la creación.