Con voz a la vez lejana y cercana, estos cuentos medievales hablan elsiempre misterioso lenguaje del amor. Un maestro imaginero y suspactos con el diablo, una viuda joven espe¬rando de nuevo el amor, uneremita que busca todos los medios para salvar de la desesperación asu compañero, un juglar que recorre los caminos y termina encontrandoconsuelo en la tierna caricia de la Madre del cielo. Historias quedesbordan realismo porque retratan a hombres y mujeres de carne yhueso, con sus dudas y esperanzas, alegrías y sufrimientos. Adentrarse en estos cuentos es viajar por un mundo que remite a los orí¬genes de quienes los leen. Más aún, que evocan lo permanente: una sonrisapuede ser un milagro, un gesto de compasión ser capaz de curar lasheridas del alma y una palabra liberadora hacer que aflore elverdadero rostro.