El aprendizaje de la contemplación de determinadas obras de arte y laformación del gusto artístico a través de su disfrute pueden suscitaralgunas preguntas. ¿Qué se sostendrá dentro de un siglo si lahumanidad persiste cien años más? ¿Habrá algún canon fuera del queordena distinguirse de los demás, de la originalidad? Loscontemporáneos, ¿somos capaces de distinguir lo bello de lo bonito, la pintura del diseño? El personal recorrido de Juan-Ramón Capella dapie a reflexiones críticas como estas: sobre la mercantilización de la obra de arte convertida en objeto de inversión, los museos o lastendencias del arte contemporáneo. En su itinerario el autor deja a un lado las materias «poco gratas» a las que ha venido dedicándose (lafilosofía del derecho y la filosofía política) para pensar, dice, «enlas emociones que han suscitado en mí algunas obras de arte, y asírememorarlas, volver a experimentar, en lo posible, lo que sentí alcontemplarlas, y compartirlo». No es este, por tanto, el libro de unespecialista en las artes plásticas, sino el de un lego. Pero de unlego que «no puede soportar el mal gusto». Una invitació