La familia García vive en una casa de setenta metros cuadrados, ninguno de sus componentes comparte problemas e inquietudes con los demás. Por medio de múltiples y particulares narradores -un televisor, un geranio, la foto de la abuela, un loro, un perro- conocemos la vida de la familia al completo: Francisco, el padre, trabaja de conductor de metro y su sueño es viajar permanentemente; Loli, la madre, está obsesionada con encontrar trabajo; Tatiana, la hija, no tiene suerte con su primer amor; Pablito, el hijo pequeño, se ve obligado a llamar la atención para que le hagan caso, y el abuelo, que sólo se encuentra cómodo en la plaza observando a los pájaros.