- Referencia:
- 70910
- Editorial:
- VERBO DIVINO
- Any d'edició:
- 2009
- ISBN:
- 978-84-8169-903-6
- Alto:
- 220mm
- Ancho:
- 140mm
- Pàgines:
- 224
- Enquadernació:
- Rústica
- Col·lecció:
- ESTUDIOS BÍBLICOS
LA ESPIRITUALIDAD DE LOS PROFETAS DE ISRAEL
PARA EL DÍA DE HOY
CARRILLO ALDAY, SALVADOR
Prólogo
Introducción
Los libros proféticos en el Antiguo Testamento
Significado del término profeta
Qué fueron los profetas
Misión de los profetas
Definición de profeta
Los profetas en el pueblo de Dios
Hermenéutica de los profetas
PRIMERA PARTE
En tiempos del Imperio asirio (745-612)
Amós, el profeta de la justicia social
Oseas, el profeta del amor misericordioso
Isaías, el profeta del Mesías
Miqueas, el profeta de la fuerza de Dios
Sofonías, el profeta de los pobres
Nahum, el profeta de buenas nuevas
SEGUNDA PARTE
Bajo el dominio de Babilonia (612-539)
Habacuc, el profeta de la fidelidad
Jeremías, el profeta de la Alianza nueva
Ezequiel, el profeta del corazón nuevo y del Espíritu nuevo
TERCERA PARTE
Durante el Imperio persa (539-333)
Segundo Isaías (Is 4055), el profeta del consuelo
Ageo, el profeta mensajero de Yahveh
Zacarías (Zac 18), el profeta de la tierra santa
Tercer Isaías (Is 5666), el profeta de los cielos nuevos y la tierra nueva
El pequeño Apocalipsis de Isaías (Is 3435)
Abdías, el profeta de la realeza divina
Malaquías, el profeta de la oblación pura
Jonás, el profeta de la salvación de los paganos
Joel, el profeta de la efusión del Espíritu
CUARTA PARTE
Bajo los reinos helenísticos: ptolomeos-seléucidas (333-164)
Zacarías (Zac 914), el profeta del rey justo y humilde
El gran Apocalipsis de Isaías (Is 2427)
Daniel, el profeta del hijo del hombre
Bibliografía
El mensaje espiritual de los profetas de Israel permanece vigoroso hasta el día de hoy. Dos son las razones: los profetas partían de las experiencias históricas del pueblo elegido, infiel al Dios de la Alianza, y de la iluminación y fuerza que les comunicaba el Espíritu de Dios. El mensaje profético continúa siendo actual y apremiante, pues el hombre siempre será igual y el Espíritu de Dios quiere conducirlo, con su poder divino, por los caminos auténticos de la salvación.