En el año 72 DC, el general Lucio Flavio Silva marchó hacia el último reducto de resistencia del pueblo judío: la inexpugnable Masada, que se había convertido en una cuestión de honor para el Imperio Romano. Allí, los rebeldes de Eleazar ben Yair y sus familias no se rendirán sin luchar, pues no habría peor humillación que aceptar el yugo de Roma. Simón, un joven huérfano enamorado de la hija de Eleazar, comprenderá que ese orgullo mesiánico va a convertirse en su peor enemigo, abocándoles a la muerte y a la esclavitud. Dividido entre amor y conciencia, entre su deber de combatiente y el deseo de una vida en paz, Simón evocará la extraña profecía que hizo un rabí galileo ajusticiado cuarenta años antes.