Este libro se centra en un significativo episodio recogido en el evangelio de Lucas: Jesús, mientras recorría Galilea enseñando el Evangelio, se detiene ante un cortejo fúnebre y devuelve la vida al joven difunto, hijo único de una viuda. Al analizar el relato, la autora da especial relieve a cada uno de los protagonistas: la mujer, viuda, que está en el centro del relato, que acaba de perder toda posibilidad de subsistencia; Jesús, que la mira y se conmueve ante su desolación, dando un paso más allá de lo que decreta la Ley respecto de las viudas y cambiando de manera radical la situación de esta, y la multitud, testigo del momento, que propaga por toda la comarca la acción salvadora de Jesús.