Con su manera directa, penetrante y diáfana de hacer filosofía, el autor de estas páginas nos descubre en ellas lo más característico de una buena parte de la vida afectiva del hombre: su genuino carácter espiritual.
Con su manera directa, penetrante y diáfana de hacer filosofía, el autor de estas páginas nos descubre en ellas lo más característico de una buena parte de la vida afectiva del hombre: su genuino carácter espiritual.