- Referencia:
- 110314
- Editorial:
- PPC EDITORIAL
- Any d'edició:
- 2023
- Matèria
- Espiritualidad general
- ISBN:
- 978-84-288-3990-7
- Alto:
- 190mm
- Ancho:
- 120mm
- Pàgines:
- 320
- Enquadernació:
- Rústica
- Col·lecció:
- SAUCE
MI ESPERANZA LLEVA SU NOMBRE
PARRILLA DIAZ, JULIO
Prólogo, de Mons. Juan María Uriarte Rasgos Mensaje Contenido Tiempo para la memoria Tiempo de discernimiento y oración Tiempo de amistad Tiempo de testificar la misericordia y el perdón Tentaciones 1. En la penúltima vuelta 2. En el brocal del pozo 3. Hombres y mujeres de Dios El secuestro de Dios Abiertos a la acción del Espíritu Discípulos en camino Hombres y mujeres unidos a Jesús Siguiendo su ejemplo y aprendiendo de él Jesús nos hace discípulos 4. La fidelidad probada 5. Las marcas de la fe La comunión La ascética La mística La espera La despedida 6. Unirnos a un Dios que es Padre Renunciar a los ídolos No meter las narices en casa ajena Confiar en la Providencia Buscar la intimidad De la mano de Jesús Buscando el rostro del hermano Los ojos puestos en las cunetas Con la fuerza del Espíritu 7. Tiempo para la memoria 8. Tiempo de contraste y discernimiento 9. Tiempo de oración Las prácticas del encuentro La vida interior La práctica del silencio La práctica de la oración Orar insistentemente Atentos a la Palabra En torno a la mesa 10. Tiempo de amistad El don de la amistad El ministerio del cuidado 11. Testigos de misericordia y de perdón Dios tiene misericordia Todos necesitamos misericordia y perdón Dios es para los pecadores Pedir misericordia 12. Somos pastores de nuestros hermanos Anunciar un mensaje creíble Con entrañas de pastor Siempre hay algo que queda pendiente Construir la fraternidad de los hijos Salir a los caminos No caigamos en la tentación 13. La nostalgia del amor del principio Aprender a ser discípulo Abrir el corazón a la compasión Ser contemplativos 14. Volver a casa
La penúltima vuelta de la vida puede ser un tiempo de gracia y, sobre todo, de esperanza hasta que el Dios de la vida definitiva nos llame. Es un momento en el que muchas capacidades disminuyen, al tiempo que crece la visión interior de las cosas. Hoy se hace más evidente la necesidad de confiar en Dios y de saborear su aliento y su presencia. Y hemos de hacer nuestra la frase de Hildegarda de Bingen: «Soy como una pluma llevada por el viento de la confianza en Dios».Este tiempo, previo al encuentro definitivo, es un tiempo colmado de recuerdos, promesas, contrición del corazón y súplicas al Dios de la vida. Los últimos rayos del sol se extinguen y se oscurece el horizonte, pero el sol seguirá radiante, aunque escondido, y al siguiente día, con el alba, volverá a brillar, protagonista de la luz y del calor. Es este un tiempo de gracia, confesante y testimonial para quienes creemos en el Dios de Jesús y aspiramos a construir un mundo mejor, más humano e incluyente.