Francisco ha entrado en la agenda del planeta abordando una de las cuestiones más urgentes, pero también de las más arrinconadas cuando toca arrimar el hombro: la ecología. El Papa se involucra como un actor más, haciendo que la Iglesia se moje, consciente de que esa ecología integral es una marcha por la dignidad de los pueblos que sufren la explotación de sus tierras, de las gentes que trabajan en situaciones de esclavitud, de quienes padecen enfermedades a costa de emisiones de gases de otros Una marcha colectiva, una ecología integral e íntegra.