Cuando se hace la noche y la luz de Dios en el alma parece tenue y débil, las palabras vienen a nuestro encuentro, avivando el recuerdo de la "Una vez Acontecido". Y así, la llama del Alma parece avivarse, al menos, un poco. Con cada palabra, con cada frase: Porque lo único importante es no permitir que "la herida" se cierre. Son poemas de sed, anhelo y nostalgia. De presencia seca, oscura, pero cierta. Nos hiere con herida de amor. Y no podemos vivir sino buscándole.