Hubo un tiempo, hace mucho tiempo, en que Dios tenía presencia activa en la sociedad, en cierto modo los valores cristianos configuraban la vida de una mayoría de personas. Pero poco a poco Dios ha ido siendo desplazado no sólo de la sociedad cada vez más secularizada, sino del corazón de una inmensa multitud de hombres y mujeres, muchos de los cuales en su día fueron bautizados. En el título de este libro se reivindica la centralidad de Dios en la vida y en el testimonio de los creyentes; de ahí la importancia de la fe en un mundo descreído, empezando por el anuncio del Dios que Jesús nos reveló con su vida y obra, culminando en la celebración de su presencia salvadora en el misterio de la Eucaristía.