Don Bosco hace a Miguel Rua. Le hace, quiero decir, otra persona de la que era. Le hace un personaje/influencia. Llamo personaje/influencia al que no ha sido creado a partir de una experiencia personal sólo, sino a partir de las influencias de otras personas. El personaje/influencia, si de verdad está logrado, no sólo vive de los influjos que le hicieron, sino que a su vez influye en ellos. En estas Memorias del Oratorio, contadas por Don Rua, Rua «donbosquiza» todo. La clave de por qué Rua, siendo a veces tan estricto plagio de Don Bosco, sea al mismo tiempo tan vital en sus creaciones de hombres y mujeres, es porque sabe ser persona libre y funcionar como persona. Lo difícil en esta vida, también en la del Oratorio, es que una vez en la escena, el individuo sepa comportarse como persona libre y no como influencia.