Presentación, de Omar César AlbadoIntroducción. La primacía por lo cristiano Una opción teológico-pastoral Hermenéutica evangélica de las culturas La mentalidad que hay que superar Una primacía que hay que reconocer1. Teología y pueblo: sensus populi En el contexto de una teología del pueblo de Dios Leer Medellín a través de lo popular Opción por los pobres, opción por los pueblos-pobres El sensus populi y el lugar sociocultural En contrarnos con el alma de un pueblo Lo que pone en juego la globalización cultural Recuperar los derechos culturales2. Responder a los nuevos signos de los tiempos La pérdida de vínculos y referentes humanizadores Un sistema económico que mata Por la vía de los pobres Una hermenéutica de los procesos y movimientos sociales3. Hacia una pastoral liberadora de los pueblos y sus culturas Volverse hacia las personas y favorecer su liberación Una opción latinoamericana: de Medellín a San Miguel De los Sínodos de los obispos a la Evangelii nuntiandi La senda de Puebla y la aportación de Bergoglio La novedad de Aparecida El nuevo obispo de Roma: «Vivir a fondo lo humano» Transformar las culturas «desde dentro»4. La geopolítica pastoral de los pueblos y sus culturas Fuentes de una visión Viejos y nuevos paradigmas Una geopolítica al servicio de los pueblos y sus culturas Generación de procesos y dinámicas Formar ciudadanos en el seno de un pueblo5. De la cultura eclesial al encuentro personal con Jesús Francisco y el espíritu del Concilio Vaticano II Cambio del modelo eclesial La cultura eclesial y la patología del poder Conclusiones Una humanidad al estilo de Jesús en cuanto paradigma superador
Para comprender la opción teológico-pastoral del papa Francisco hay que adentrarse en la teología de la liberación y en el modo en que esta fue recibida en Argentina. Francisco ofrece un discernimiento de los estilos de vida en esta época global marcada por la indiferencia a los pobres. Esto exige superar la «cultura eclesial», que lleva a una religión privada y pretende vivir un cristianismo sin Evangelio que no conecta con el mundo de vida de los pobres. Su propuesta trata de recuperar la primacía de lo verdaderamente cristiano, de «vivir a fondo lo humano» (Evangelii gaudium 75), y recordar que el futuro del creyente cristiano no es la Iglesia, sino el Dios del Reino que se revela en la praxis de Jesús.