- Referencia:
- 82544
- Editorial:
- PPC EDITORIAL
- Año de edición:
- 2015
- ISBN:
- 978-84-288-2885-7
- Alto:
- 240mm
- Ancho:
- 170mm
- Páginas:
- 120
- Encuadernación:
- Rústica
- Colección:
- PASTORAL APLICADA
¡HOLA,ALEGRÍA; BIENVENIDA LIBERTAD!
ARMONÍA EN CLAVE FRANCISCANA
ADÁNEZ SILVAN, JUAN ANTONIO
Prólogo
Unas palabras
«Donde la Belleza» Reflexión Testimonios ¡Aquello! (o la Belleza, una manera de ser) La belleza, un bálsamo para el alma La belleza hace renacer y salva Catequesis Venite, adoremus«Donde la Alegría» Reflexión Testimonios La alegría es un don La alegría, en la debilidad, nos hace fuertes La alegría nunca falla Catequesis La perfecta alegría«Donde la Libertad» Reflexión Testimonios Hijo de Dios caminando en libertad Más libre al sentirme pensado, creado y querido por Dios La libertad, ese don precioso Catequesis Padre nuestro que estás en los cielos...«Donde el Corazón» Reflexión Testimonios Un corazón agradecido tantos años después Una historia con corazón Apuesto por la bondad del corazón Catequesis «Vete, repara mi casa, que, como ves, amenaza ruina»Epílogo
¿Acaso la historia de alguien que vivió hace ochocientos años puede decirnos algo a los hombres y mujeres del siglo xxi? ¿Puede iluminar nuestro presente la historia de un hombre medieval? ¿Existen concomitancias y rasgos familiares cuando entramos en la experiencia de Francisco de Asís? ¿Puede un artista -eso fue Francisco de Asís- guiarnos, enseñarnos, mostrarnos el camino de la alegría, de la felicidad?
Estas páginas quieren iluminar, dar luz, poner experiencia a tu experiencia. No queremos mecernos en una evocación nostálgica, sensiblera o estéril que tanto daño suele hacer. Queremos acoger la experiencia de Francisco de Asís como un regalo maravilloso. Encontrarnos con él, abrirnos a las grandes cuestiones que nos rodean. Encontrar respuestas desde las intuiciones que vamos descubriendo. Escuchar, después de ocho siglos, la palabra de Francisco. Rememorar sus vivencias. Mirarnos cara a cara en los ojos de él para encontrar el rostro de Cristo. Beber en sus mismas fuentes para saciarnos de la locura del Evangelio.