- Referencia:
- 81693
- Editorial:
- SAL TERRAE
- Año de edición:
- 2015
- Materia
- Pastoral de la salud
- ISBN:
- 978-84-293-2433-4
- Páginas:
- 182
- Encuadernación:
- Rústica
- Colección:
- El pozo de Siquem
JESÚS Y LA SALUD
BERMEJO, JOSÉ CARLOS
El descubrimiento de la persona de Jesús de Nazaret constituye para la humanidad un reto en clave de salud. La vida de este profeta sanador debería estar recogida en los libros de historia de la medicina y la enfermería, y se debería explorar su aportación a la humanidad en clave de propuesta de vida saludable, preventiva, rehabilitadora, sanadora de las personas.
En particular, al examinar la actividad de Jesús con las personas que se encontraron con él o le buscaron, somos invitados no tanto a pensar la salud como la recuperación de un paraíso perdido cuando llega la enfermedad, sino más bien a trabajar por la salud de manera comprometida y en todas las dimensiones: en el cuerpo, en la mente, en las relaciones, en la gestión de los sentimientos, en la vivencia de los valores y de nuestra condición de seres trascendentes.
Los autores de estas páginas son creyentes apasionados en el Dios hecho hombre en Jesús de Nazaret, en la salvación hecha salud para nosotros; y no solo nos ofrecen conocimientos sobre la persona de Jesús, sino que también nos retan a vivir saludablemente como personas y como creyentes. Desde el episcopado, desde la investigación, la docencia de la teología, el ejercicio de la medicina, la reflexión y la actividad pastoral, el acompañamiento espiritual..., desde estas atalayas de pasión por el Señor, los autores nos regalan saberes y experiencias que, tras ser profundizados, tienen la capacidad de hacer bien al lector.
«Acercarse a Jesús buscando salud genera felicidad y compromiso. En particular, en el mundo de la pastoral de la salud, nos hace mucho bien mirarle a Él. Para el creyente, Él es el referente. Y Él no elaboró teorías sobre la salud y el sufrimiento humanos, sino que su vida fue testimonio de salud y generadora de esta por doquier. Ojalá Él siga siendo el lugar al que peregrinar. Su corazón será fuente de salud para quien le mire, le siga, le estudie, se apasione por él...» (Del «Prólogo» de Jesús Martínez Carracedo).