Prólogo (p. 3) -- Tales (p. 3) -- Anaximandro (p. 6) -- Anaximenes (p. 8) -- Jenófanes (p. 10) -- Pitágoras y Pitagóricos (p. 13) -- Alcmeón (p. 18) -- Heráclito (p. 20) -- Parménides (p. 26) -- Zenón de Elea (p. 30) -- Empédocles (p. 33) -- Anaxágoras (p. 36) -- Leucipo y Demócrito (p. 40) -- Protágoras (p. 46) -- Gorgias (p. 49) -- Platón (p. 51) -- Aristóteles (p. 288) -- Epicuro (p. 468) -- Crisipo (p. 472) -- Séneca (p. 477) -- Epicteto (p. 503) -- Marco Aurelio (p. 521) -- Sexto Empírico (p. 535) -- Plotino (p. 544) -- Proclo (p. 604) -- Índice de nombres (p. 623) -- Índice bibliográfico (p. 624) -- Índice de materias (p. 628)
En la lectura de la de la abundante documentación que presenta esta obra se asiste al alborear del pensar filosófico, en los filósofos llamados «presocráticos»; se contemplan en todo su esplendor las tres grandes cumbres del pensamiento humano: Sócrates, Platón y Aristóteles; se aprecia la crisis del pensamiento escépticos; se admira la elevación ―con sus limitaciones― de la moral estoica, y, por fin, se conoce en sus dos máximos representantes, Plotino y Proclo, la novísima manifestación del pensamiento antiguo, el neoplatonismo, de tanta influencia en la especulación cristiana medieval.