A lo largo de estos años he experimentado mi vida como unaperegrinación, un continuo caminar, con altibajos y retrocesos, peromanteniendo el ideal y el entusiasmo de seguir luchando, progresando,adelantando. Muy consciente de ser vasija de barro, de que hago amenudo lo que no quiero, de mi debilidad, pero convencido de que sialgo no puedo permitirme es el desfallecimiento y la apatía. Loimportante no es llegar adonde sea el primero sino saber llegar conilusión? Concibo el cristianismo en la ayuda a los demás, en colaborar a que sean felices. Tres frases de san Juan me dan vuelta una y otravez: «A Dios nadie lo ha visto nunca», «Allí donde hay amor Dios estápresente», «Dios es amor».Nuestra vida, la de todos, es monótona yaburrida, pero adquiere otra dimensión, se convierte en válida yapasionante, cuando la gastamos en favor de una humanidad másfraterna, más alegre, más feliz.«Debemos agarrarnos a ese Cristopresente en nuestros hermanos, en nuestros próximos, en cuantoscaminan con nosotros y son siempre nuestra familia».