- Referencia:
- 55766
- Editorial:
- CENTRO EVANGELIO Y LIBERACION
- Materia
- Revistas religiosas
- Colección:
- VARIOS
REVISTA EXODO Nº125 OCTUBRE 2014
CENTRO EVANGELIO Y LIBERACION
Desde hace tiempo ya no existe un referente único cuando hablamos cotidianamente de la familia: dos o más personas que conviven teniendo o no reconocido ese vínculo. ¿Se trata de un reconocimiento civil y religioso o de sólo uno de ellos o de ninguno? ¿Lo buscan las personas implicadas o pasan del mismo? Por ello las ciencias sociales vienen planteando que el propio concepto de familia se encuentra en busca de definición.
Estos cambios producidos en las modalidades de convivencia interpelan a los resortes educativos para la socialización de los niños, a la normatividad jurídica entre personas convivientes y su regulación y a las concepciones éticas de las relaciones entre personas en la sociedad. Entre los creyentes, particularmente los cristianos, la interpelación llega hasta la interpretación misma del Evangelio. En ÉXODO nos preguntamos por estas repercusiones en España hoy y pretendemos aportar algunas reflexiones y experiencias desde los propios protagonistas.
En el lugar de la Entrevista habitual de la revista, en esta ocasión aparecen cuatro voces que nos permiten asomarnos a cuatro situaciones de convivencia muy distintas: pareja tradicional prolífica en hijos y nietos, próxima a las bodas de oro, en comunidad cristiana de base; familia homoparental de dos mujeres con hijo; pareja de personas gays y cristianas que buscan puentes entre ambas orillas; y pareja de convivencia con hijo común que no busca ningún tipo de reconocimiento externo.
El próximo mes de octubre de 2014 tendrá lugar en Roma el sínodo de los obispos en donde se pondrán sobre la mesa las preocupaciones de miles de católicas expresadas a través del Instrumentum laboris, entre las que se recogen sus opiniones sobre distintos tipos de familia. Los resultados están en consonancia con los de otros miles de ciudadanos sin vinculación religiosa con quienes deben construir conjuntamente modelos de convivencia plurales y sus regulaciones colectivas. Y, en particular, ¿están en consonancia con lo que los miembros del sínodo vienen proclamando como modelo único normativo para sus fieles? Es más, también nos preguntamos si hay en el Evangelio alguna aportación específica para un modelo de familia.
Quizá en pocos temas como este se hace necesaria la apertura y escucha atenta a los diversos planteamientos, así como la reflexión sobre la propia situación. Aprender a convivir lo exige.