Una historia única ayuda a recordar. A recordar hechos que hasta hace poco tiempo eran de dominio público, pero que hoy muchos han olvidado. ¡Sí! La historia de España es realmente una historia única. España es la única nación que ha conseguido reconquistar la libertad después de ocho siglos de dominación musulmana (711-1492). Sin retroceder jamás ni decaer en el ánimo, los españoles disputaron su tierra palmo a palmo a los invasores y triunfaron gracias a la fe del pueblo, de la Iglesia y de la clase dirigente. Lo lograron porque pidieron, y obtuvieron, la ayuda del Cielo. España es la primera nación que inventó las formas parlamentarias, la primera que dio vida a un estado moderno en cuanto a la eficiencia administrativa y la calidad del sistema educativo, la primera en llevar a cabo, con más de cincuenta años de anticipación sobre el Concilio de Trento, una amplia reforma de la Iglesia. Aún más: España evangelizó y civilizó un continente entero y en el curso de pocos decenios lo insertó en la tradición greco-romana y cristiana. Un hecho prodigioso, para hacer posible el cual fueron de nuevo necesarias la calidad de los hombres y la ayuda del Cielo. España, en fin, tiene una historia única porque en plena época de esclavitud defendió, gracias a la extraordinaria personalidad y a la profunda fe de Isabel de Castilla, la libertad de sus súbditos americanos. De todos sus súbditos sin distinción, a pesar de las terribles tradiciones de muchos de ellos, entregados a los sacrificios humanos masivos y al canibalismo. La avaricia, la injusticia y la violencia siempre andan al acecho en todas partes, pero la Corona y la Iglesia españolas hicieron cuanto estuvo en su mano para combatirlas.