- Referencia:
- 110311
- Editorial:
- PPC EDITORIAL
- Año de edición:
- 2023
- ISBN:
- 978-84-288-3987-7
- Alto:
- 240mm
- Ancho:
- 170mm
- Páginas:
- 504
- Encuadernación:
- Rústica
- Colección:
- PASTORAL APLICADA
BIENAVENTURANZAS DESDE LA CÁRCEL
SÁNCHEZ GONZÁLEZ, FRANCISCO JAVIER
Presentación, del papa FranciscoPrólogos, de José Luis Segovia (Josito) y Jon Sobrino Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos (Mt 5,3) «Esto es una familia» «Hola, mi amigo, espero estés bien» Corpus Christi en la cárcel de NavalcarneroDignidad personal y comunitaria en la cárcel de Navalcarnero: el Crucificado presente en los presosEn el silencio, los crucificados de la cárcel de Navalcarnero celebran la Semana Santa Silencio y adoración en la cárcel de Navalcarnero: desde el sufrimiento a la vida Lecciones de vida del coronavirus: los presos nos descubren su solidaridad Bienaventurados los que están tristes, porque Dios los consolará (Mt 5,4)Dichoso los que ahora lloráis, porque reiréisCómo me perdono yo¿Puedo darte un abrazo? La fiesta de Reyes en la cárcel de Navalcarnero: humanizando la vida en la prisión Carmen: ya no llorarás más, Dios te abraza para siempreEl dolor de María de la Merced y el de las madres de los presos Bienaventurados los humildes, porque heredarán la tierra (Mt 5,5) El Camino de Santiago... el camino de la vida El padre salía todos los días a buscar a su hijo Desde la cárcel de Navalcarnero: el reencuentro con mi familia Encontraréis un niño en pañales y acostado en un pesebre Esa viuda pobre ha echado todo lo que tenía para vivir San Romero de América y el Domingo de Ramos en la cárcel de Navalcarnero Silencio, dolor y esperanza en la Semana Santa de Navalcarnero Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque Dios los saciará (Mt 5,6) Gracias por todo el amor que ponéis Que el Espíritu me ayude a preocuparme siempre de los demás «Me siento impotente, no sé qué hacer»La experiencia de la Pascua en la cárcel de Navalcarnero y en la parroquia de la Sagrada Familia. «Está brotando algo nuevo, ¿no lo notáis?»La humanidad de Dios en la cárcel de Navalcarnero Bienaventurados los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia de ellos (Mt 5,7) Arrepentirse en el cuarto de la basura Que las ausencias de estos días sean preciosos recuerdos «Siento un fuerte escalofrío» Bienaventurados los que tienen un corazón limpio, porque ellos verán a Dios (Mt 5,8) Compartiendo solidaridad en la cárcel de Navalcarnero «Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso» Hoy ha llegado la salvación a esta casa Lágrimas redentoras llenas de vida y de Dios «Yo no puedo más... hazlo tú» El Dios de la vida te espera, te acoge y te abraza para siempre Dios Padre-Madre en la cárcel de Navalcarnero Adviento en las familias de Navalcarnero: de la derrota a la esperanza Ahora siento que soy hijo de Dios Dios quiere que todos seamos felices Solo necesito cariño, y tú me lo das cada vez que te veo Bienaventurados los que construyen la paz, porque serán llamados hijos de Dios (Mt 5,9) Navidad en la cárcel de Navalcarnero: pandemia y presencia de la ternura de Dios Camino de Santiago: una experiencia de familia y libertad El reencuentro con la esperanza y con la vida «Que tu Iglesia sea un espacio de libertad, de justicia y de paz» Esperanzas, ilusiones y sufrimientos de nuestras familias«La madre de todos nosotros nos visita» La Sagrada Familia desde la cárcel de Navalcarnero Adviento en la cárcel de Navalcarnero: los presos nos transmiten sus esperanzasQue encuentres la paz definitiva junto a Dios Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos (Mt 5,10) «Sigue adelante, no te preocupes, yo ya te he perdonado» «Acerca tu dedo y comprueba mis llagas» Bienvenido a tu casa... vas a estar como Dios «Desde lo hondo a ti grito, Señor» «Dios lo recompone todo» El amor de una madre salva a su hijo Jesús no tiene manos... Dolor, solidaridad y esperanza en la cárcel de NavalcarneroCuando pedí perdón, sentí que Dios me acogía Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan, y digan contra vosotros toda clase de calumnias por mi causa (Mt 5,11) Desde el dolor nos abrimos a la esperanza del amor «Hizo suyo su dolor» «Nosotros somos malos, pero vosotros sois buenas personas» Por encima de todo es mi hijo «Por ser más débiles nos invitas a tu mesa» Que encuentres la paz junto a DiosDios nos une desde el cariño y la fraternidadCuando las lágrimas son redentorasEncuentro de familias, presos y voluntarios: dolor, esperanza y futuro Dad gratis lo que habéis recibido gratis Cuando se sufre por amor... Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo (Mt 5,12) Aleluya cantará quien perdió la esperanza Cárcel de Navalcarnero: mi altar y mi cielo Ellos me ayudan cada día a seguir adelante Desde mi casa cómoda: mi cárcel por unos días, solidaridad, aislamiento y esperanza «Sentí que Dios me sacaba del pozo»: aniversario del martirio de Mons. Romero «Tengo una herida muy grande abierta» Ya no hay esclavos ni libres, hombres ni mujeres... todos somos hijos de Dios Cambio, esperanza y mirada al futuro «Le pondrá por nombre "Emmanuel", que significa "Dios con nosotros"» La misericordia de Dios en la cárcel de Navalcarnero Familias y cárcel: compartiendo experiencias de dolor y vida El para dirige un mensaje a los presos
«Agradezco al padre Javier su apostolado en la cárcel y, en él, a los agentes de pastoral, a los voluntarios, a los profesionales, a las familias y a todos los que se animan a ir al encuentro de quienes están en prisión, para ayudarlos a reinsertarse luego en la sociedad con la dignidad que nadie puede quitar, la de ser hijos de Dios.Queridos amigos, así como otras veces les invité a retomar esas páginas del evangelio en las que se encuentran las bienaventuranzas y les propuse releerlas varias veces, para poder vivir hasta el final un "programa de santidad" que va "a contracorriente" respecto a la mentalidad del mundo, hoy también me permito invitarles a leer estás Bienaventuranzas desde la cárcel y dejar que ellas nos ayuden a entrar en el corazón misericordioso del Padre, que quiere que todos seamos felices y que nos animemos a soñar con un mañana mejor». Francisco